Viajar y alojarse en Val d’Orcia significa, ante todo, estar siempre rodeado de un paisaje suave y acogedor: un gran valle protegido por el Monte Amiata que enmarca el horizonte. Verdes colinas y antiguos cortijos son los protagonistas de nuestras bucólicas historias, junto a cipreses y conocidos pueblos.
Aquí sí que se puede practicar un turismo lento compuesto por paseos al aire libre, rutas de senderismo y rutas para realizar en bicicleta. ¡AQUÍ ESTÁN LAS ACTIVIDADES QUE PROPONEMOS!
Cada rincón se convierte en el fondo de una bella postal, y ya es habitual cruzarse con grupos de visitantes que acuden a los lugares más famosos. Sin duda la fama, pero sobre todo la perfección y alegría que transmite ese lugar.